¿Crees que existe la brecha de género en las industrias creativas?
Creo que lo difícil es no encontrar un sector donde esa brecha no exista. En mi caso personal, por poner un ejemplo cuantitativo, a lo largo de los 20 años que llevo trabajando en el sector publicitario, casi en la totalidad de los departamentos creativos apenas había mujeres en el equipo y, en buena parte de ellos, he sido la única. Sin embargo, en la universidad la gran mayoría que ocupamos las aulas y nos licenciamos éramos mujeres. Si atendemos a cargos directivos, pasa lo mismo. Solo he trabajado con una directora creativa como responsable del departamento y solo he conocido a dos mujeres como propietarias de empresas creativas. En ámbito artístico, el escenario es el mismo. Por eso son tan importantes plataformas como Mujeres que cortan y pegan o Mujeres Mirando Mujeres, que trabajan para visibilizar el trabajo artístico femenino con el fin de eliminar esa desigualdad.
¿Alguna vez has sentido que has tenido menos oportunidades por ser mujer?
Conciliar los ritmos de una agencia, las horas extras o la exigencia de las entregas es muy difícil con ser madre. Si hace años hubiera decidido serlo, probablemente mi trayectoria profesional hubiera sido otra.
Hablemos de Sororidad, ¿Es importante para ti sentirte acompañada de otras mujeres que se encuentren en la misma situación que tú? ¿Por qué?
Sí, lo es porque lo que no se comparte no existe y porque, para mi, esas experiencias en común como decía Simone de Beauvoir pueden entenderse «como una manera de vivir individualmente y de luchar colectivamente». Sentirme acompañada me permite, además no sentirme sola, tomar consciencia de que mis problemas o inquietudes, al margen de mi vivencia personal, son también comunes a otras mujeres. Me da la oportunidad de aprender, de analizar lo que soy y lo que somos al poder verlo, de alguna manera, al mismo tiempo desde “fuera” y desde “dentro”. Esa doble perspectiva creo que nos hace crecer y también organizarnos. En ese sentido me parece muy interesantes iniciativas como Teta y Teta, que han conseguido desarrollar iniciativas tan maravillosas y necesarias como el sujetador “Lola” o “A las olvidadas”.
¿Qué crees que es necesario para empezar a promover el liderazgo femenino?
Promover el liderazgo femenino es imprescindible. Las mujeres merecemos ocupar el lugar que históricamente nos ha sido negado, hemos tenido grandes dificultades de acceso a cualquier sector que estuviera al margen de lo doméstico y prácticamente ningún reconocimiento. Por un lado, sería necesario mayor representatividad de mujeres en roles de poder. No solo por una cuestión de equidad y justicia, sino también supone una manera de crear nuevos modelos y referentes para las generaciones futuras. Junto a esto mayor espacio en la agenda mediática. En 2015, el GMMP (Global Media Monitoring Project) recogía que las mujeres comprenden solo el 28% de sujetos y fuentes de las noticias en prensa, radio y televisión, aunque el 33% en los medios digitales. Las mujeres son minoría en todas las informaciones, excepto en aquellas relacionadas con violencia. Están prácticamente ausentes en las de política, economía, ciencia y tecnología y sólo representan el 9% de las fuentes expertas consultadas. Es indispensable eliminar la perspectiva androcéntrica y ampliar la mirada informativa; introducir la perspectiva de género en los planes de estudios de Periodismo; supervisar los contenidos para evitar la discriminación por razón de género en las informaciones y la reproducción de estereotipos. Además, es necesaria la creación de espacios seguros que eviten y sancionen el abuso laboral, políticas de paridad en la contratación y promoción del talento femenino en las empresas, así como realizar auditorías para detectar posibles desequilibrios, fomentar una conciliación real para que la maternidad no suponga un freno para la trayectoria profesional de ninguna mujer o una renuncia y desarrollar conductas empresariales inclusivas que no perjudiquen a las mujeres que aspiren a cargos directivos. Por otra parte, impulsar programas de educación que propicien el respeto y la igualdad de oportunidades. Los mensajes que transmitimos a las nuevas generaciones son fundamentales, generan confianza y rompen los estereotipos que mencionaba anteriormente. En definitiva, impulsar la participación de las mujeres en todos los niveles: sociales, empresariales, científicos, deportivos,… Además, pienso que promover el talento y el liderazgo femenino puede ser generador de una poderosa red de sororidad.
¿Dónde te ves dentro de 10 años?
Me gustaría que la creación artística ocupara la mayor parte de mi tiempo. El diseño me permite compatibilizarlo, aún así me gustaría que cada vez más el arte ganara terreno, poder investigar mucho más, perderme en el proceso, dejar reposar las obras,… y, en el caso de desarrollar proyectos de diseño, que fueran trabajos concretos donde la parte visual estuviera muy cuidada. El diseño editorial es una experiencia que me gustaría repetir. No se trata sólo diseñar una portada, también cuenta la selección del papel, la encuadernación, la maquetación,… Me interesa mucho el diseño aplicado a la cultura y estaría encantada de desarrollar proyectos en este ámbito. También me veo con un taller propio con mucha luz natural y plantas. Un espacio amplio donde perder la noción del tiempo trabajando. Me gustaría que no fuera solamente un espacio de creación, sino también de reunión, donde organizar actividades y talleres. Disfruto mucho compartiendo la experiencia creativa o desarrollando proyectos colaborativos con otras personas.
Háblanos de tu proceso creativo, ¿Cómo abordas tus proyectos?
Mi punto de partida casi siempre son preguntas. Supongo que es deformación profesional debido a mi trayectoria como creativa en el sector publicitario. El inicio de cada trabajo es como un brief. En ocasiones es un impulso, una emoción que sucede de repente y trato de trasladar a lo visual. Trabajo bajo el concepto de memoria como reivindicación al ritmo frenético en el que vivimos, donde se produce rápido, se consume rápido y se olvida. Así se dan dos componentes reiterativos en mis proyectos: la nostalgia y el relato. Por ello, suelo trabajar con material antiguo, ya sean imágenes o muestras de papel. Ese material ya cuenta con su propia biografía y me resulta interesante reconstruir y recontextualizar a partir de él. Soy bastante caótica. No puedo crear en un espacio ordenado porque no pienso de manera lineal y necesito tener estímulos a mi alrededor. Es importante que los elementos estén transitando por la zona de trabajo. Además en mi proceso creativo es habitual que deje descansar las piezas. Las abandono durante un tiempo para volver a ellas después y mirarlas con otra perspectiva. En mi mesa siempre hay mucho papel. No solo como material para la creación, sino cuadernos y hojas donde apunto desde frases a conceptos. También de manera habitual dibujo bocetos con elementos, elaboro esquemas compositivos e, incluso escribo. Tiendo a expandirme. Lo normal es que empiece trabajando en la mesa y acabe en el suelo. La creación es como un momento de explosión que termina en la contención de una pieza. Por lo general soy una persona muy reflexiva, por lo que creo de manera pausada. Antes de empezar a materializar una pieza, hay una labor de búsqueda e investigación, tanto formal como a la hora de seleccionar los materiales o soportes. Nunca tengo problemas en experimentar, lo haré siempre que no ponga en riesgo lo que quiero expresar. De manera habitual recopilo material y antes de comenzar una obra, siempre lo reviso. Hago selecciones y las combino, como si fuera un puzzle en el que las piezas han de encajar. Incluso teniendo una idea muy clara, puedo encontrar otra pieza que funcione mejor. Esta es la magia del collage, su azarosidad. Me fascina la posibilidad de crear a partir de pedazos de otros objetos e historias y que estos sean la base para contar otras nuevas. Para mi la creación es como un momento de explosión que termina en la contención de una pieza. Al combinar la disciplina publicitaria con la artística, es como si los momentos de creación de esta última fueran un marco de reflexión y atención plena, una especie de meditación.
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